Revista VOLUMENES nº 36 marzo- abril 08
En una carta de Felipe II a su arquitecto Juan de Herrera le decía: “Sobre todo no olvides lo que te he dicho: simplicidad de formas, severidad en el conjunto, nobleza sin arrogancia, majestad sin ostentación”. Un texto conciso pero cargado de sentido práctico que da luces y traza unas líneas de avance perfectamente claras para cualquier proyecto de arquitectura y que describe lo que podría ser todo el trabajo de este joven arquitecto granadino.
Alejandro Muñoz Miranda nació en Granada en 1974. De trato sencillo. Alegre. Apasionado por la arquitectura desde muy joven. Trabajador incansable. Exigente con su trabajo que desciende hasta la escala más pequeña para dar sentido a toda su obra. Reflexivo. No copia, interpreta y elabora un estilo propio que parece haber existido siempre. Su obra -citando a Henry Matisse- aparece fecunda y dotada de vibración interior, de esa misma belleza estremecida que poseen las obras de la naturaleza. Elabora una arquitectura construida sobre principios generales que duran siempre. No depende para la existencia de sus proyectos, de las costumbres, los hábitos particulares o las fluctuaciones de la moda. Tiene ideas propias.
Forma parte de la primera promoción de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Granada, obtuvo el mejor expediente académico de su promoción. En esa misma promoción de jóvenes arquitectos coincidieron Juan Manuel Nicás, Ana Almagro, Antonio Redondo, Loreto Spa, Federico Justicia, Juan Luis Rivas, Juan Manuel Rodríguez, Antonio Trujillo, Alfredo Garrido, Antonio Martínez y otros muchos de los que bien me gustaría escribir otro día.
Teníamos en común el gusto por el trabajo bien hecho, la pasión por la reflexión y el pensamiento, la atracción por las humanidades. Sin miedo al esfuerzo fueron años intensos. De mucho trabajo por tratarse de una escuela nueva, dirigida por Javier Gallego y con un profesorado muy exigente preocupado hasta el más pequeño detalle de la formación de esa primera hornada de jóvenes arquitectos. Continúa...
En 1999 recibió el Primer Premio Nacional de Fin de Carrera de Educación Universitaria en los estudios de Arquitectura otorgado por el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte. Realizó un magnifico y audaz proyecto desarrollando un Centro Cívico Administrativo e Intercambiador de Transportes del Area Metropolitana de Granada con el que además obtuvo la calificación de Matricula de Honor.
Desde junio de 2002 hasta enero de 2004 se trasladó a Nueva York para desarrollar su tesis doctoral bajo la tutela del profesor Kenneth Frampton en Columbia University, con el apoyo de una Beca de Investigación y Formación de Profesorado Universitario del Ministerio de Educación. Desde allí sigue muy en contacto con su compañeros de escuela con los que mantiene correspondencia colaborando en discusiones arquitectónicas sobre temas urbanísticos, de ordenamiento general del territorio y desarrollo de nuevos métodos constructivos. Son especialmente interesantes las reflexiones sobre los distintos modos arquitectónicos que se desarrollan en España en todos estos años del “boom” inmobiliario. Es consciente que la razón en soledad no puede dar soluciones eficaces, descomprometidas de las necesidades del hombre y se implica con sus compañeros de promoción en este trabajo de reflexión consciente de la necesidad de trabajar juntos para sumar eficacias y capacidades.
Durante este periodo de formación en el extranjero se sumerge en el estudio de las formas y los materiales. Proyecta elementos urbanos, mobiliario, le encargan escenografía para teatros, diseña publicaciones y proyecta distintos stands para ferias y eventos de todo tipo. En este primer periodo de investigación dedicó buena parte de su tiempo al metal y la geometría. Este trabajo da origen a distintas esculturas en acero que, junto con Jose Manuel Darro, exhibirá en exposiciones como la titulada “Esculturas 8.8” en el círculo de Bellas Artes en marzo de 2004. También realiza esculturas urbanas como el “Granado Fractal” en acero corten que está situado en la rotonda Fernando de los Rios de Granada.
Ha participado en numerosos concursos y a cada uno de sus proyectos consigue dotarlos de elementos propios y singulares con los que consigue particularizar cada trabajo. Evita la frivolidad a la que estamos acostumbrados en los concursos, la obstinación del capricho, la presunción y la falta de mesura. Se centra en la elegancia que satisface la necesidad y asegura la comodidad del proyecto. Piensa en las personas y se anticipa a sus necesidades. Su creación arquitectónica se caracteriza por la atención a lo que la gente necesita; lo que realmente se desea. Desde esta base se esfuerza en la solución más bella y eficaz que pueda darle. Destacan entro otros los trabajos que realiza para concursos como el Museo New Tohimiro de Japón; una vivienda unifamiliar aislada en Vista Alegre; dos viviendas unifamiliares aisladas en el Toyo de Almería; varios trabajos de vivienda de VPO o la participación en el concurso del Campus de la Justicia de Madrid con el edificio de lo Contencioso Administrativo.
Entre los últimos trabajos construidos se pueden destacar la Sede de la Confederación Granadina de Empresarios, la Nueva Sede de las Centrales Sindicales de U.G.T y CC.OO. en Granada, la Rehabilitación de la Gran Vía de Colón, el Centro Municipal Infantil en el Chaparral, un edificio de viviendas junto a la estacion de Renfe de Granada y una vivienda en el Barranco del Abogado, también en Granada. Todos estos inmuebles son, sin duda, un perfecto ejemplo de su preocupación por la arquitectura como arte, pero arte con razón de necesidad en el que da al hombre los espacios que necesita para vivir feliz sin negar la belleza que aun sin saberlo necesita.
Recientemente ha sido seleccionado para la exposición de Jóvenes Arquitectos de España, organizada por el Ministerio de Vivienda y actualmente imparte clases de Proyectos Arquitectónicos en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Granada.
Muñoz Miranda vive en Granada, está casado y tiene dos hijos. Hace compatible familia y profesión y está comprometido muy decididamente con esta ciudad que le exige la difícil tarea de dar respuestas eficaces a problemas nuevos desde la belleza de su creación arquitectónica.
Jaime Vergara Muñoz
domingo, 13 de abril de 2008
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